Mi Patria es mi idioma

El viaje del portugués 

El pasado 5 de Mayo celebramos el Día Mundial de la Lengua Portuguesa, el idioma más hablado del Hemisferio Sur y cuya historia es el reflejo de los avatares y aventuras de la nación portuguesa. Con origen en el galaico-portuguésla lengua preferida de los trovadores del noroeste de la Península Ibérica, a medida que el país se expandía hacia el sur, el portugués adquiría acentos, seseos y palabras únicas y maravillosas, distanciándose cada vez más de sus vecinos gallegos, leoneses y castellanos.
 

No es por eso casualidad que el monarca que firmó el tratado que fijaba las fronteras definitivas de Portugal en 1297, el poeta-machote Dom Dinis, fuera el mismo que declaró el portugués como la lengua oficial (y obligatoria) de ese pequeñito reino medieval que ya empezaba a mostrar al mundo su vocación atlántica. Y cuando un siglo y medio después los portugueses iniciaron la fantástica aventura de los Descubrimientos, aquella lengua romance con influencias celtas, árabes y visigodas viajó por todo el planeta, convirtiéndose en el idioma más usado en las transacciones comerciales en sitios tan inesperados como Lagos, la Conchinchina, la Isla Formosa o Ceilán, todos nombres, por cierto, de origen portugués.


(Portugués por decreto)
 
No solo la Corona se enriqueció con las cotizadas especias y gemas preciosas traídas de aquellas tierras lejanas, de repente los habitantes de los pueblos más pequeños de Portugal se abrieron al mundo cuando incorporaron a su lenguaje palabras como macacocachalote, lancha o biombo venidas de lugares tan insólitos como Turquía, el Amazonas y Japón. Aquel portugués nacido en los márgenes del río Duero ya no se parecía nada al hablado en la Lisboa del siglo XVIII, la capital más cosmopolita, rica y multicultural de Europa. Y es que no hay nada más alucinante que una lengua que viaja. 

Símbolo de la resistencia

Aunque Portugal perdió hace siglos el estatuto de Imperio Ultramarino que tantos monumentos megalómanos ha inspirado, el idioma portugués hoy es hablado por unos 250 millones de personas en todo el mundo y es la lengua oficial de la superpotencia Brasil, los africanos Angola, Cabo Verde, Guinea Bissau, Mozambique y São Tomé y de la lejanísima y desconocida República Democrática de Timor-Leste
 


Esta antigua colonia del sudeste asiático con poco más de un millón de habitantes es un ejemplo de cómo un idioma puede convertirse en el símbolo de la resistencia. Independizada de Portugal tras la Revolución de los Claveles, Timor fue invadida por la poderosa e implacable Indonesia, que durante décadas utilizó toda su violencia para reprimir y asesinar a casi 200.000 inocentes. Las fuerzas independentistas, apoyadas por la Iglesia Católica y miles de opositores exiliados, usaron la lengua portuguesa, prohibida por el régimen del sanguinario Suharto, como bandera de su lucha por la libertad. 
 

(José Ramos-Horta y Ximenes Belo, Premios Nobel de Paz)
 
Esa defensa heroica y digna del pueblo timorense fue reconocida, tras años de masacres, con la concesión del Premio Nobel de la Paz en 1996 a dos líderes históricos de la resistencia. Y cuando en 2004 la pequeña delegación de Timor desfiló en los Juegos Olímpicos de Atenas como, al fin, un Estado independiente y soberano, millones de portugueses aplaudieron emocionados aquel país valiente cuyos sueños, como dijo Ramos Horta en su discurso en Estocolmo, nunca pudieron matar.. 

El legado de Saramago

Este año estamos celebrando por todo lo alto el centenario del nacimiento de José Saramago, posiblemente el autor que más ha influenciado a los lectores de mi generación. La Balsa de PiedraEl año de Ricardo Reis, el Ensayo sobre la Ceguera o el Evangelio según Jesucristo supusieron una revolución total en el panorama editorial portugués de finales del siglo XX, con derecho a polémicas con los obispos, censuras por parte del Ministerio de Cultura y un Presidente de la República, Cavaco Silva, que se negó a asistir al funeral del único portugués galardonado con un Nobel de la Literatura.

 

Herederos de Saramago, además de un programa que batió todos los récords de audiencia en la televisión pública, son también los ganadores del premio que la Fundación Saramago atribuye desde 1999 a jóvenes escritores de lengua portuguesa. Algunos de ellos, como Walter Hugo MãeJosé Luís Peixoto o Gonçalo M. Tavares, han sido traducidos al castellano y son invitados con regularidad a ferias y congresos en España, en una esperanzadora política de divulgación de la literatura portuguesa. 



Una labor que lleva años haciendo la editorial La Umbría y La Solana publicando autores tan importantes para la lengua portuguesa como el Padre Antonio Vieira, Lidia Jorge o la superlativa Dulce Maria Cardoso. Y quién sabe si algún día lo harán también con los textos de la estupendísima Isabel da Nóbrega, a quien Saramago dedicó su mejor libro, Memorial del Convento. Alguien debería contar la historia de esta mujer libre, única y tan generosa que amó, cuidó e influenció a un hombre que al separarse de ella intentó borrar cualquier rastro suyo de sus obras. Por suerte, los libros nunca olvidan a sus musas. siquiera patria.” Nada que no haría un buen vecino rayano. 

Un fado universal de despedida 
 
Nuestro Fado ha sido el gran embajador del portugués, un idioma amoroso, cálido y precioso, como una joya por descubrir. Te animo a que leas en portugués, escucha nuestras palabras, aprende a amar este idioma tan hermoso. 

Te dejo hoy con la diva Amalia Rodrigues y su Fado Português, dedicado a mi Mãe Joana, una mujer invencible e inigualable. 
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Obrigada por leres esta carta. Te escribo dentro de un mes.
Rita Barata Silvério
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