La corta vida del Rey más amado
El 16 de noviembre de 1861 Lisboa fue testigo del más triste y multitudinario de los funerales. Más de cien mil personas enlutadas, con los ojos enrojecidos de tanto llorar y desconcertadas por un dolor profundo y sincero acompañaron el cortejo fúnebre del más querido de nuestros reyes,
D. Pedro V, fallecido a la estúpida edad de 24 años.
El país estaba consternado ante la muerte del que fue considerado el “
primer hombre moderno” de Portugal. Un príncipe perfecto, políglota, viajado y leído, liberal y reformista y que financió de su bolsillo universidades, escuelas y hospitales. Y encima, guapo a rabiar y casado con una
princesa alemana que era gloria bendita. Cien años antes de que Lady Di se convirtiera en un fenómeno de masas, en Portugal ya sabíamos lo que eran las
pop-stars.
(Pedro, el Estupendo)
En aquel Portugal asolado por las terribles
pandemias de fiebre amarilla y cólera, estos reyes tan guapos y tan rubios dedicaron sus días a visitar y consolar a pecho descubierto a los miles de enfermos y desahuciados que agonizaban en los albergues y hospitales de campaña. El pueblo, cansado de prohibiciones, malas noticias y confinamientos, idolatraba a esta joven pareja, cuyo rostro era inmortalizado en litografías, monedas conmemorativas y vajillas.
(Perfilazos de guapos)
Pero la vida, infelizmente, es mucho más que una sucesión de caras bonitas y buenas intenciones. Estefanía falleció con 22 años de una angina de pecho. Un año más tarde, en 1861, la fiebre tifoidea se llevó por delante al mejor rey de Portugal,
Pedro el “Muy Amado”. La tristeza del entierro se transformó en cabreo monumental y las revueltas y motines no tardaron en llegar. Se acusaron a ministros de envenenamiento, se buscaron culpables entre los mosquitos y arrozales y la sombra de la conspiración acabó recayendo en el especulador español
Marqués de Salamanca, a quien el gobierno portugués debía una pasta gansa por la construcción de la primera línea de ferrocarril en Portugal. Pero mejor esto ya te lo cuento otro día.