Las palabras de la Raya
El cierre de las fronteras entre Portugal y España durante la pandemia fue considerada una anomalía para los millares de personas que todos los días la cruzan para ir a trabajar o echar gasolina al coche. En las aldeas de Ourense, Zamora o Huelva muchos huertos y rebaños quedaron desatendidos, porque alguien no entendió que una frontera es un dibujo imaginario que ni los animales ni los campos respetan.
Dicen los libros de Historia que la frontera de Portugal y España es la
más antigua de Europa. Estos 1214 kilómetros de frontera administrativa que pintan el mapa, lejos de separarnos, han sido los responsables por el nacimiento de una identidad sentimental única en Europa, la
Raya. Del Miño al Guadiana, miles de pueblos fronterizos han tejido lazos basados en el comercio, el contrabando y la ayuda mutua.
(
Aprender mirandés puede ser divertido)
De esta unión fronteriza centenaria han surgido recetas,
repúblicas independientes y dialectos que han resistido valientemente a pesar de la despoblación y la desidia de los gobiernos centrales. El mejor ejemplo de la lucha por la supervivencia de los idiomas rayanos es el
Mirandés, que durante siglos se habló en las aldeas de Trás-os-Montes y que fue reconocido como idioma oficial de Portugal en 1999. La
Fala de la sierra de Gata, el
barranqueño o el oliventino subsisten gracias al esfuerzo de abuelos, comerciantes y maestros que se niegan a olvidar la fuerza del idioma de una Raya que tanto nos une y que es la base de la Iberia que deberíamos proteger.