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La Revolución de las Mujeres |
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La República portuguesa tiene la cara de una chiquilla de 16 años llamada
Ilda Puga, quien en 1910 sirvió de modelo para el
busto oficial que ha presidido edificios públicos e inspirado cuadros revolucionarios. La imagen de una hermosa divinidad conduciendo al pueblo hacia la libertad representó los ideales de la joven república portuguesa, aunque en realidad las mujeres de carne y hueso llevaban siglos liderando revueltas populares, revoluciones y un sinfín de escaramuzas.
Algunas de esas mujeres pertenecen a la mitología nacionalista, como
Brites de Almeida, una panadera de lo más patriota que en 1385 se dedicó a matar a palazos a los soldados castellanos tras la
batalla de Aljubarrota. Otras directamente dieron el nombre a una revolución.
María da Fonte fue una campesina del Minho que en el siglo XIX encabezó una serie de revueltas populares que se extendieron por todo el país y aunque provocó la destitución del gobierno y una guerra civil, no existe un único retrato de la heroica María da Fonte.
Sin embargo, la cara de
Catarina Eufemia nunca podrá ser olvidada. El asesinato de esta segadora de 26 años, analfabeta y madre de tres criaturas durante las huelgas de los trabajadores del campo alentejano en 1956, la elevó a icono de la resistencia antifascista. Decenas de
poemas,
canciones y
carteles han guardado su memoria y nos recuerdan que las mujeres no son solo musas, son las protagonistas de la revolución.