Millonarios aburridos y aristócratas excesivos 

Maria Fernanda tiene 85 años y es la persona más rica de Portugal, con una fortuna que alcanza los 4.300 millones de Euros. Esta señora de collares de perlas y abriguitos de piel buena es la matriarca de la familia Amorim, la estirpe multimillonaria más poderosa del país y los dueños del imperio mundial del corcho. Admirados por ser tan trabajadores como discretos, nada en ellos interesa al gran público, más preocupado por la colección de bolsos de Georgina.
 
Nada hay más aburrido que un millonario que se comporta como un burgués avergonzado. Lejos quedan los tiempos en que el Infante Alfonso de Bragança se emborrachaba en los toros y conducía descontrolado por las calles de Lisboa. Ya en el exilio, este príncipe destronado se casó con una americana caza-fortunas que al quedar viuda desfalcó el Patrimonio portugués al reclamar como herencia cuadros, tapices y joyas de valor incalculable. Ríete tú de Meghan Markle.


(Forrobo, el alma de la fiesta)

Un poco antes, a mitad del siglo XIX el joven Conde de Farrobo heredó una riqueza tan descomunal que se dedicó a organizar los mejores festivales de música de Europa en sus palacios a las afueras de Lisboa. Animales exóticos, bailes interminables y buen gusto, nadie en la Europa civilizada quería perderse las noches locas en las fincas del Conde. Farrobo murió arruinado, y ya no queda rastro de sus palacetes ni de su fortuna, pero sus fiestas eran tan divertidas que dieron lugar a la expresión popular “forrobodó”, que se podría traducir como “la mejor fiesta de tu vida”. Para mí esta es la definición perfecta de la eternidad.
 
El reino de las coronas perdidas

Mientras Europa se desmoronaba por la barbarie nazi, en la Lisboa de los años 40 espías, refugiados judíos y escritores eran los protagonistas inesperados de la vida de la ciudad. Los bares de los hoteles de la capital durante la II Guerra Mundial fueron testigo tanto de la desesperación de los que huyeron del Holocausto como de la banalidad de estrellas de Hollywood que se dejaban fotografiar como si Lisboa fuera el plató de la película más glamurosa de esos años absurdos.
 
Porque lo era. Tras la guerra las monarquías europeas se desmoronaron tan bruscamente como las fronteras que las justificaban y un puñado de monarcas en paro encontraron en Estoril su exilio dorado. Además de los Borbones, las familias reales rumana, búlgara e italiana se dedicaron a esperar mejores tiempos, ofreciendo fiestas cargadas de tiaras, nostalgia y naftalina, que era lo más divertido a lo que se podía aspirar en aquella Europa triste y devastada.


(Zsa Zsa antes de liarla)

Hasta que el multimillonario boliviano Antenor Patiño llegó a Portugal y organizó la más fastuosa fiesta conocida en Portugal hasta hoy, donde el modisto Givenchy, Audrey Hepburn, media familia Rockefeller y 1500 celebridades más lucieron vestidazos imposibles, bebieron miles de botellas de champán y se comportaron como las estrellas indecentes y malcriadas que eran. Esa misma noche de 1968, mientras Zsa Zsa Gabor bailaba descalza borracha frente al mar, el dictador Salazar sufrió el accidente que le dejó incapacitado para siempre. A veces la Historia tiene un extraño sentido del humor.  
Comporta, la herencia del gran desfalco
 
Muchos antes que la prensa extranjera nos colocara en la órbita del turismo low cost, Portugal ya era uno de los destinos favoritos de las élites mundiales. Sin necesidad de campañas de marketing y de cruceros mastodónticos, millonarios, cantantes y futbolistas llevan años tomando sangría de champán en el chiringuito más caro del mundo, el restaurante del Gigi en la Quinta do Lago.
 
Pero en los últimos tiempos la atención del pijerío internacional se ha centrado en las playas de Comporta y ni el agua helada ni las invasiones de mosquitos han restado interés a este paraíso de arena blanca y pinares intactos que durante años fue el refugio de la familia Espirito Santo. Durante décadas los primos Espírito Santo pasaron sus veranos en su finca privada de 12.500 hectáreas donde invitaban a la jet set mundial a alojarse en antiguas casas de pescadores y a comer arroz de marisco en las tascas de las aldeas cercanas.


(Comporta, sin más)

Dueños de un imperio que poseía bancos en medio mundo, cadenas de hoteles, hospitales y compañías de seguros, su desastrosa gestión provocó el colapso financiero más dramático de nuestra historia reciente que ha costado, por ahora, 12.000 millones de Euros, además de la ruina de miles de ahorradores y la vergüenza de todo un país. De la fabulosa fortuna de los Espírito Santo no queda más que el recuerdo y la hermosa Herdade de Comporta se ha troceado, democratizado y llenado de turistas, burgueses adinerados y wannabes. Los únicos que no han cambiado son los mosquitos y el agua helada.
Un mensaje de despedida

Mensagem es el nuevo periódico digital de Lisboa. Tiene sede en la cafetería Brasileira en el Chiado, está fundado por históricos del Diario de Noticias y es un motivo de alegría para los que creemos en el periodismo local y de calidad. ¡Bienvenida seas, Mensagem de Lisboa!

Y me despido de ti con este homenaje al gran Carlos do Carmo, fallecido a principios de este año. Fadistas, raperos, indies, modernos y cantautores cantan el clásico "Lisboa, Menina e Moça", una de mis canciones favoritas. Por algo Lisboa es la ciudad de mi vida.

*|END:WEB_VIDEO|*
Si te gustan las Cartas Portuguesas, suscríbete y recomiéndala.